lunes, 19 de noviembre de 2007

Las alegrías de la política

No hace mucho estuve en un local de ensayo de grupos musicales donde me dijeron que me hiciera la sueca si veía algunos "helechos" sospechosos en el patio. Yo contesté que sería ciega, sorda y muda. Aunque lo de ciega no iba con segundas... En fin, el caso es que no me extrañó lo de la pequeña plantación de jardín de la alegría. Sin embargo hoy la prensa se encarga de poner una sonrisa en este lunes que amenaza lluvia (sí, sí, son más de las cuatro y no ha caído una gota) y me hace preguntarme quién no se ha fumado un canuto en su vida.

La noticia en cuestión habla de un secadero de maría en los sótanos de unas dependencias locales en un pueblo de la provincia de Sevilla (no vamos a desvelar al pecador). Los ediles dicen que no tenían ni idea y que debe ser que otras entidades, a las que se prestaron las instalaciones municipales, metieron allí el pequeño alijo sin que las autoridades se dieran cuenta. Y, para colmo, multitud de niños acudían a actividades formativas a diario.

La mala de telenovela que llevo dentro me empuja a imaginar un salón de plenos hecho un submarino, con todos los grupos políticos olvidando sus diferencias y cantando el No woman, no cry acompañados de bongos y timbales. Los funcionarios no te mandarían al cuerno si les pidieras el impreso 34-B-345, porque verían estrellitas de colores y la vida les parecería maravillosa. Los policías municipales estarían menos tensos y pondrían menos multas. Los ciudadanos se beneficiarían de una administración local más cercana y relajada (eso por descontado).

No es cuestión de hacer apología del ciego colectivo, es sólo para ilustrar que la alegría y la felicidad de nuestros políticos y nuestros funcionarios públicos (sin acudir a las sustancias psicotrópicas, se entiende) repercutiría de forma positiva en todos. No es bueno acudir al despacho con cara de perro ni morderle al parroquiano de turno porque hace más preguntas de la cuenta. Aunque parece que los de este ayuntamiento en cuestión estaban tan, tan relajados que no se han dado cuenta de que les han colado un gol por toda la escuadra.

Relax, take it easy, pero no tanto, hombre.

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