viernes, 22 de junio de 2007

Un cobarde como yo

No, no pretendas tener la razón, no me vengas pidiendo perdón,
no me digas que ha sido un error, que lo sientes.

En fin, de qué sirve un futuro ideal, construido en terreno ilegal
un pasado que me hace dudar del presente.

Y yo, me defiendo atacándote así, retorciendo palabras de amor,
intentando que quieran decir lo que yo no me atrevo.
Y yo, me sorprendo diciendo que sí, retorciendo palabras de amor
intentando que hagan por mí lo que yo ya no puedo.

No, no te inventes un nuevo color, transparente como una traición
camuflaje para una ilusión de mi mente.
Por fin, los milenios son un decimal, un trocito de tiempo fugaz
algo efímero y bien poco más sin ningún valor.

Y yo, me defiendo atacándote así, retorciendo palabras de amor,
intentando que quieran decir lo que yo no me atrevo.
Y yo, me sorprendo diciendo que sí, retorciendo palabras de amor
intentando que hagan por mí lo que yo ya no puedo.

Los milenios son un decimal una suma de cifras de tiempo sin más,
voces nuevas presentes futuras pasadas que van retorciendo palabras de amor
construyendo edificios que no durarán, un diseño de algo fugaz,
arquitectos de frases que me hacen dudar y que intentan decirme que no sé lo que quiero.

Y yo, me defiendo atacándote así, retorciendo palabras de amor,
intentando que quieran decir lo que yo no me atrevo.
Y yo, me sorprendo diciendo que sí, retorciendo palabras de amor
intentando que hagan por mí lo que yo ya no puedo.

Construyendo edificios que no durarán, un diseño de algo fugaz,
arquitectos de frases que me hacen dudar y que intentan decirme que no sé lo que quiero.

Fangoria. Retorciendo palabras.

1 comentario:

Jero Moreno dijo...

una de mis canciones favoritas de fangoria...

un beso, guapa!