El ex presidente del gobierno, ese que lleva bigote y decía “mire usted”, ha sentado cátedra (como siempre). Recientemente ha recibido una distinción de los productores de vino y en su intervención al buen hombre no se le ocurrió otra cosa que criticar la campaña de tráfico que reza aquello de no podemos conducir por ti, alegando que ¿quién ha dicho que yo quiero que conduzcan por mí? No conforme con esa perla, se atrevió a defender el ir con unas copas de más, porque eso no es ningún peligro público.
En fin, soy defensora del buen vino y la buena mesa. Me encantan las largas veladas alrededor de un buen riojita o un blanco fresquito, acompañados de grata compañía y una comida apropiada. Pero me parece de risa que un pro hombre de semejante calado político y social se atreva con chistecitos acerca del si bebes, no conduzcas. Sólo le faltaría que criticase la campaña de un conductor cada noche, porque el coche, como la novia, no se presta.
No sé qué habría pasado si algún rockero de chupa de cuero y pelos de punta hubiese dicho que qué es eso de criticar el hecho de meterse una raya o fumarse un porro. Con pincharse no se le hace daño a nadie... De risa, insisto.
No le bastó con hacerse la fotito, con invadir un país que ni le iba ni le venía, con intentar hablar inglés con acento macarrónico, con poner los pies encima de la mesa o con dejarse melena (que se replantee el largo de la coletilla, por favor). Lo mismo lo vemos en algún programa de estos de drama conduciendo en dirección contraria por la autopista al grito de ¡Banzai!.
1 comentario:
Te entiendo perfectamente! Me quedé indignadísima cuando vi las declaraciones. Primero lo comentó un compañero de trabajo y pensé, bueno, seguro que no sería exactamente así (pensando que a ese personaje le quedaba algo de inteligencia en su cerebro), pero luego vi las imágenes y flipé. Sin comentarios, es lo único que se me ocurre decir.
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