jueves, 24 de mayo de 2007

El Mono 13

Empezaré diciendo que es jueves, lo que debería ser una pista más que razonable para los que ya conocen este rincón de que no presagia nada bueno. En esta ocasión les hablaré del Mono 13, que ha aparecido subrepticiamente en algunas líneas que he escrito recientemente.
El Mono 13 es un mito de mi propia infancia, tan ligada a los libros, los cuentos de hadas, los poemas, las canciones y las historias. En un ambiente feliz, en el que la vida se resumía a las páginas de los cuentos que mi madre me leía y que luego aprendí a leer yo, cayó en mis manos un libro de Gloria Fuertes, Coleta, la poeta. La historia de una niña excéntrica, que colecciona burros en vez de cromos y viaja al Polo Norte para conocer al pingüino Marcelino. En ese libro, que costó en su momento 530 pesetas, aparece el singular Mono 13. La historia es bien sencilla: en la cabeza existe una salita donde hay 12 sillas y 13 monos. El Mono 13 siempre está apartado, en cuclillas en el suelo, mientras los demás hacen sus monerías sentaditos en sus sillas. Cuando el Mono 13 se harta, se pone a berrear y a discutir y, según Coleta, es cuando nos duele la cabeza.
Para mí el Mono 13 se manifiesta no sólo con la temida cefalea, sino que es el símbolo de esa chinita que se nos clava en el zapato cuando menos te lo esperas. Es el jarro de agua fría en el momento de mayor euforia. Es el demonio perverso que lucha con el angelito celestial para convencernos de la maldad.
Hoy voy a contarles la historia del Mono 13 a unos niños de seis años. Hoy vuelvo a hacer de cuentacuentos (igual que el año pasado por estas fechas) y he decidio que Coleta es el mejor regalo que podría hacerles a estos niños que seguramente no habrán oído hablar de Gloria Fuertes y que crecerán sin ver La Historia Interminable, Los Goonies o Regreso al Futuro. Como dice mi amiga Patriice, es muy probable que mis referencias no sean únicas, que no sea la primera en tener estos pensamientos, que haya más gente que eche de menos esa época en la que todo era más ingenuo y en la que el Mono 13 era sólo un personaje de cuento poético.
Últimamente mi Mono 13 está revolucionado y no hay paracetamol que lo calme.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hoy mi mono 13 está revuelto, jo, fue mi primer libro, el de Coleta la Poeta, y creo que nunca lo olvidaré.