lunes, 31 de diciembre de 2007

Una rata en mi cocina

Vaya, vaya, casi sin darnos cuenta ha llegado el fin de año. Otra vez. Si La Mala Vida (dícese del anterior malogrado blog de servidora) se despedía con la catastrófica escena de la soltera en el piso de sus padres, fumando a escondidas y escribiendo compulsivamente, estos Hijos de la revolución continúan su andadura con un número muy redondo (88), dando paso a otro número redondo: 2008.

Según el calendario chino pasamos del año del cerdo al de la rata. Además, es bisiesto. La cabalística, las supersticiones y los rituales están servidos para el minuto más incómodo de cada día: las 00:00. Como diría 'mi madre', ¿es que no existe el tiempo en ese minuto?

Como me he ido haciendo cada vez más creyente y menos descreída de este tipo de florituras orientales, tan dadas a la espiritualidad y las causalidades (no me he equivocado, viene de causa), me preparo para el 2008, con la creencia además de que será mi año puesto que yo, según la numerología, soy un 8. Y, por si acaso, como no es todo pan de gamba lo que reluce, me pondré mis bragas rojas de la suerte, beberé champán sobre un solo pie, meteré un objeto de oro en mi copa y pediré un deseo mientras me atraganto con las uvas.

A pesar del asquito que me dan los roedores, si el año de la rata es el del éxito personal, no tendré ningún inconveniente en poner un bicho en mi vida. Aunque sea en forma de película animada (o periquitos). Juro en esta ventana cibernética que si el año nuevo me trae lo que he pedido y mantiene lo que los Reyes me han traído por adelantado (gracias, Melchor, nunca te estaré tan agradecida), veré la película esa de la rata cocinera. He dicho.

Feliz año a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes de ver 'Ratatouille', te recomiendo 'Wallace y Groomit', que son unos personajes desternillantes. "Con el queso se me va la bolaaaa...". Una auténtica obra maestra artesanal del humor. Un beso.

Cecilia dijo...

Buenas, anónimo. Gracias por el consejo de Wallace y Gromit, de quienes ya soy ferviente admiradora. Mi frase favorita es aquella de "Soy Lady Tottingham, pero llámame Totti". En fin, seguiré practicando, como tú dices. Después de casi dos meses de sequía literaria, vuelvo al redil.